El Gaseador.

Experto en armas de destrucción masiva y ejecuciones en masa, el Gaseador dice ser el digno heredero de los científicos que implementaron las cámaras de gas en los campos de concentración alemanes y las técnicas rusas de lucha antiterrorista. Es el ejemplo más claro de soldado postmoderno y desideologizado. Su interés por la historia es meramente técnico, recopila datos sobre matanzas y los actualiza en la situación en curso gracias a sus enormes conocimientos en química e ingeniería armamentística. El Gaseador es sobre todo un burócrata eficientísimo de la muerte en masa. En la Pequeña Venezzia organizó en 5 horas todo un recinto de exterminio en el campo de fútbol de la capital, herméticamente cubierto, con capacidad para gasear y exterminar a mil personas a la hora. Es, sin duda, el compañero ideal del Capitán Genocidio. Donde uno es la fuerza bruta, el otro es la canalización de ésta hacia la maximización de la eficiencia.